La experta en herencias las ventajas de este sistema digital que muchas personas todavía desconocen
En un contexto marcado por el continuo avance de las nuevas tecnologías, es inevitable que lo digital se extienda también hacia el ámbito jurídico o administrativo. Todo ello, con el fin de facilitar numerosos trámites. Así, como recuerda la notaria María Cristina Clemente, “desde hace dos años, es posible que dispongas de una copia autorizada electrónica de tu escritura con un código seguro de verificación (CSV) que sustituye a la copia tradicional”.
“Ya no necesitas un original que deba presentarse físicamente”, prosigue Clemente. “Basta con que puedas exhibir, mediante cualquier soporte, que puede ser tu teléfono, el código QR o código seguro de verificación”. Hablamos de un código único que identifica un documento electrónico, según informa la sede electrónica de la Administración. “Esto permitirá al notario el acceso a la auténtica copia ubicada en la Sede Electrónica Notarial con todas las garantías de seguridad e integridad”.
Una vez ahí, será posible “comprobar su contenido, su vigencia, la firma electrónica cualificada del notario que la expide, sus modificaciones… En definitiva, se trata de una copia dinámica”. Por lo tanto, es una opción de gran utilidad que muchas personas desconocen todavía.
La digitalización de la Administración Pública
La digitalización de entidades como la Administración Pública se orienta a mejorar la seguridad, transparencia y eficiencia de los servicios que el Estado ofrece a todos sus ciudadanos y empresas. En palabras de la notaria, “esta copia no solo refuerza la seguridad jurídica, sino que además reducen tus costes porque la puedes reproducir tantas veces como quieras, mediante la simple exhibición de ese código QR o CSV”.
Por si eso fuera poco, “podrá ser utilizada también por diversos interesados, en distintos lugares”, al tiempo que desaparece el riesgo de pérdida o extravío del propio documento. En cuanto a la seguridad de la información, desde Escritura Pública señalan que “la arquitectura se ha construido en base a tres dimensiones. Por un lado, la confidencialidad, cifrando los datos y permitiendo el acceso al usuario mediante autorización y de forma controlada. Por otro, la integridad, a través de la firma electrónica, que hace que solo pueda modificar la información el usuario autorizado. Y, por último, la aplicación facilita el almacenamiento a largo plazo”.











